¿Qué es la ketamina?, el potente fármaco que causó la muerte del actor de "Friends" Matthew Perry


Un mes y medio tras su muerte, los forenses dieron con la causa de muerte de la estrella de Friends Matthew Perry.

Médicos forenses del condado de Los Ángeles concluyeron este viernes que los "altos niveles de ketamina" encontrados en las muestras de sangre del actor de "Friends", Matthew Perry, provocaron su muerte el pasado 28 de octubre.

Perry, según los especialistas, pudo experimentar los "efectos agudos y letales" de este fármaco, como una

"sobreestimulación cardiovascular o depresión respiratoria".

La ketamina es un fármaco utilizado en medicina y veterinaria por sus propiedades sedativas, aunque sus efectos alucinógenos también lo hacen un compuesto peligroso cuando se consume como droga recreativa.

Entre la propia comunidad médica, si bien es ampliamente usada como anestésico, sedante y analgésico, la ketamina genera diversidad de opiniones por sus fuertes propiedades disociativas.

En 2019, un derivado del fármaco fue aprobado en Estados Unidos y la Unión Europea para casos graves de depresión que no han respondido a otros tratamientos.

Y otros estudios recientes exploraron su uso potencial para tratar adicciones como el alcoholismo.

Sin embargo, muchos han arrojado dudas al respecto por falta de una evidencia médica más amplia.

BBC Mundo te da más detalles sobre este fármaco.

¿Para qué se usa la ketamina en medicina?

En el Sistema Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) y en servicios públicos de otros países la ketamina se utiliza como sedante, anestésico y analgésico.

También tiene un uso generalizado en la sedación de animales.

La primera molécula fue sintetizada en 1962 por el equipo del profesor Calvin Lee Stevens, de la Universidad Estatal Wayne en Míchigan, Estados Unidos.

Dos años más tarde, esta molécula fue probada durante un ensayo clínico y rápidamente se introdujo en la práctica clínica como anestésico.

Dentro del gremio de anestesistas, el uso de la ketamina genera diversidad de opiniones por su fuerte efecto disociativo.

En los últimos años, diferentes estudios exploraron el uso de la ketamina para tratar adicciones y casos severos de depresión.

En 2019, la University College of London publicó un estudio experimental que halló que una pequeña dosis de ketamina podría ayudar a reducir la ingesta de alcohol, aunque recomendaron seguir investigando.

El mismo año, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Comisión Europea aprobaron que la esketamina, un derivado de la ketamina, pudiera ser administrado como spray nasal, en conjunción con otro antidepresivo oral, para tratar casos severos depresión en adultos que han intentado otros tratamientos pero no han conseguido beneficiarse de ellos.

Dicha aprobación se dio a pesar de varias críticas sobre las limitaciones de la evidencia médica al respecto.

¿Qué efectos produce la ketamina en el cuerpo?

Conocida como "Special K" o "Kit Kat", la ketamina también se vende y se consume como droga recreativa por sus efectos alucinógenos.

Parece un polvo blanco granulado y reduce las sensaciones en el cuerpo, lo que pone a los consumidores en riesgo de sufrir lesiones.

La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), señala que

"la ketamina distorsiona la percepción de la vista y el sonido y hace que el consumidor se sienta desconectado y sin control".
"Hace que los pacientes se sientan separados de su dolor y alrededores",

añade.

También induce a estados sedativos, haciéndonos sentir calmados y relajados y nos puede conducir a episodios de amnesia.

"En dosis bajas produce un estado parecido al alcohol, con dificultades para hablar o andar, y también puede inducir a estados de euforia que pueden durar desde 15 minutos hasta 2 o 3 horas",

le dice a BBC Mundo Bruno García Mendive, especialista en anestesiología y reanimación con amplia experiencia trabajando en Cuba y España.

"Combinado con alcohol, puede producir depresión respiratoria y paro cardiaco. De ahí el peligro de su uso libre y descontrolado, con grandes riesgos de mortalidad si no existen medios de reanimación ante complicaciones",

añade.

La ketamina es comercializada en el mercado ilícito de estupefacientes.
"La ketamina también ha sido utilizada para facilitar agresiones sexuales",

comenta la DEA.

Otros efectos incluyen la agitación, depresión, dificultades cognitivas, inconsciencia, movimientos oculares rápidos, pupilas dilatadas, salivación, secreciones lagrimales, rigidez muscular y posibles náuseas.

El NHS también apunta que los daños en la vejiga son comunes en las personas que consumen ketamina ilegal de forma recreativa.

¿Por qué la ketamina genera opiniones diversas?

Desde que se comenzó a aplicar médicamente, el uso de la ketamina divide a defensores y críticos, según un artículo publicado por los Institutos Nacionales de Salud en EE.UU.

García Mendive señala que entre los especialistas genera conflicto la fuerte disociación que puede causar la ketamina al administrarse como anestesia, siendo necesario emplear otros fármacos para contrarrestar este efecto secundario.

Es por ello que muchos en el gremio prefieren usar otros anestésicos y optan por evitar la ketamina en varios procedimientos.

Al igual que sucede con el potencial efecto antidepresivo de otras sustancias como los hongos alucinógenos, la cobertura mediática sobre la ketamina también genera llamados de advertencia.

Este año, un grupo de investigadores liderados por Nicollette Thornton, de la Universidad de Sídney en Australia, concluyeron que la ketamina era representada en medios con una luz "extremadamente positiva", con pocas referencias a la "eficacia y seguridad a largo plazo" y con citas de líderes de opinión siendo "demasiado optimistas en comparación con la base existente de evidencia".

Ketamina: el potente sedante que está siendo investigado para combatir el alcoholismo

Para el experimentos se contó con 55 hombres y 35 mujeres.

Una dosis pequeña de ketamina podría ayudar a los bebedores a reducir el consumo de alcohol, según un ensayo experimental de la University College de Londres, en Reino Unido.

En el experimento, la sustancia se usó para alterar los recuerdos de los 90 participantes sobre los motivos por los que bebían, y como resultado, estos no solo redujeron su consumo, sino que su impulso por ingerir alcohol disminuyó y se mantuvo así durante nueve meses.

Los científicos que llevaron a cabo el experimento dicen que la ketamina puede ser un tratamiento útil contra el alcoholismo y otras adicciones, pero que es necesario investigar más sobre la cuestión.

¿Qué es la ketamina?

En el Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) y en servicios públicos de otros países la ketamina se utiliza como sedante, anestésico y analgésico. También tiene un uso generalizado en la sedación de animales.

Pero la sustancia, además, tiene un fuerte efecto alucinógeno, lo cual hace que también sea consumida como una droga recreativa.

Sin embargo, ese uso puede provocar daños graves al cuerpo e incluso podría ser mortal.

Los riesgos para la salud que esa práctica podría acarrear incluyen serios problemas en la vejiga, afectación de la memoria, parálisis muscular, alucinaciones y depresión, náuseas y confusión.

La ketamina se usa clínicamente como sedante y analgésico.

¿Cuáles fueron los hallazgos del estudio?

El ensayo involucró a 55 hombres y 35 mujeres que bebían alrededor de 30 pintas de cerveza (unos 15 litros) por semana —cinco veces la cantidad recomendada— pero que no habían sido diagnosticados con alcoholismo ni tampoco estaban recibiendo algún tratamiento.

Primeramente, se les mostraron fotos de cerveza y otras bebidas y se les pidió que clasificaran qué tanta urgencia tenían por beber y cuánto placer les produciría hacerlo. Después se les ofreció una cerveza.

Entonces, los dividieron en tres grupos y cada uno siguió una de estas metodologías:

  • Se repitió el proceso, pero en lugar de cerveza se les dio una pequeña dosis de ketamina por vía intravenosa.
  • Se repitió el proceso, pero en vez de cerveza, se les administró un placebo también por vía intravenosa.
  • No se repitió el proceso. Se les dio la pequeña dosis de ketamina por vena.

Durante los siguientes nueve meses, los tres grupos consiguieron reducir el consumo de alcohol.

Pero fue el primer grupo el que logró la mayor mejora: redujeron sus hábitos a la mitad, hubo menos días en los que bebieron y, al darles una cerveza, sintieron menos urgencia y la disfrutaron menos.

A los elegidos para el ensayo se les puso ketamina por vía intravenosa.

¿Qué dicen los expertos?

"Esta es la primera demostración de una propuesta muy accesible. Queremos mejorar los tratamientos de las adicciones, así que ahora debemos replicar esta metodología en un ensayo clínico completo",

concluyó el estudio liderado por el doctor Ravi Das, psicofarmacólogo de la University College of London.

Matt Field, profesor de psicología de la Universidad de Sheffield, dijo que el descubrimiento era "prometedor" y que "merecía más investigación".

En concreto, dijo que los próximos experimentos necesitan una muestra más amplia para así sustentar que las modificaciones en la memoria producidas por la ketamina conduzcan a una reducción sin precedentes del consumo de alcohol a largo plazo.

Por otra parte, Celia Morgan, profesora de psicofarmacología de la Universidad de Exeter, dijo que la

"ketamina es una sustancia adictiva asociada con daños a la vejiga y un riesgo de accidente, así que debemos ser cautelosos cuando la usemos con pacientes susceptibles a la adicción".

De cualquier forma, destacó que

"era un estudio importante que intentaba avanzar en la ciencia de la ketamina y su efecto en la memoria".

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Por qué la ketamina, un tranquilizante para caballos que los jóvenes utilizan como droga recreativa, puede ayudar a combatir la depresión



Doctor McShane: "Creemos que los pacientes deben ser tratados en centros especializados"

Conocida como "Special K" o "Kit Kat", la ketamina es un fármaco que empezó a ser usada para tranquilizar caballos y que, por su potencial alucinógeno, luego comenzó a venderse en todo el mundo como droga recreativa.

Ahora podría escapar a su mala reputación por su potencial como tratamiento contra la depresión, si bien ya la medicina la había utilizado por sus propiedades anestésicas.

El doctor Rupert McShane, de la Universidad de Oxford en Reino Unido, sostiene que la ketamina puede ser un último recurso en el tratamiento contra la depresión en el caso de pacientes a los que "nada les ayudó anteriormente".

En 2011, McShane dirigió un estudio en el que participaron 101 personas que sufrían de depresión severa y no reaccionaron anteriormente a otras terapia.

De ellas, 42 respondieron positivamente a la ketamina.

"La primera infusión de ketamina literalmente salvó mi vida",

asegura un paciente que prefirió no dar su nombre.

"Estaba tan desesperado que quería acabar con todo".
"Este tratamiento me permitió volver a trabajar a tiempo completo. A veces sigo luchando contra la depresión, pero poder trabajar de nuevo ha sido un gran estímulo".

"No es milagrosa"

La dosis de ketamina usada en las pruebas de McShane es considerablemente inferior a la utilizada por quienes la usan como droga sintética.

"Al Real Colegio de Psiquiatras le preocupa la seguridad de los pacientes".

El médico de la Universidad de Oxford advierte que "no es una solución milagrosa" contra la depresión y que los resultados positivos sólo se alcanzaron tras un uso continuado de la sustancia.

Por eso, McShane advierte de los riesgos de la automedicación, como ocurre con otros fármacos, y la dependencia.

En el caso de Louise, exenfermera y ahora paciente de 36 años, el uso de ketamina no provocó efectos negativos. De hecho, ella asegura que no sintió dependencia a esa sustancia.

"No creo, en absoluto, estar enganchada o ser adicta. De hecho, sufro más con la abstinencia o los efectos secundarios que provocan saltarme dos dosis de mi antidepresivo habitual que con la ketamina".

"Un descubrimiento excitante"

El profesor Allan Young, del Colegio Real de Psiquiatras de Reino Unido, asegura que aún hay "lagunas importantes" sobre el uso de la ketamina.

"Antes de que pueda ser recomendada para su uso clínico, es necesario realizar más investigaciones para entender cómo optimizar su uso en el tratamiento de trastornos depresivos".
"Al Real Colegio de Psiquiatras le preocupa la seguridad de los pacientes y, por ello, recomienda a los médicos especializados en salud mental que actúen con precaución al emplear ketamina en casos de depresión".
"No creo, en absoluto, estar enganchada o ser adicta a la ketamina", dice una paciente.

En la misma línea se expresa el doctor Paul Keedwell, psiquiatra de la Universidad de Cardiff, también en Reino Unido.

"El uso de la ketamina en el tratamiento para la depresión es uno de los descubrimientos más excitantes en el campo de la psiquiatría en los últimos años",

dice.

"Sin embargo, considero que tiene que ser investigado más y que debería crearse un registro a nivel internacional para que los investigadores puedan compartir nuevos descubrimientos, ya sean positivos o negativos".

Obstáculos

En este sentido, McShane demanda el uso de la ketamina para tratamiento de la depresión a nivel internacional, para poder monitorear mejor y más ampliamente sus efectos.

Consciente de que esto podría suponer legalizar el fármaco, el médico de la Universidad de Oxford añade que su empleo debería ser controlado para evitar el comercio en el mercado ilegal.

Como droga recreativa, la ketamina se esnifa.

A pesar de que McShane espera que otros médicos británicos comiencen a usar esta sustancia, teme que Reino Unido acabe siguiendo los pasos de Estados Unidos, país donde la ketamina se administra en clínicas privadas a pesar de que no hay controles clínicos estandarizados.

"Creemos que los pacientes deben ser tratados en centros especializados y que su evolución debe ser monitoreada por organismos nacionales e internacionales".
"Esto nos podría ayudar a identificar problemas relacionados con el uso de la sustancia a largo plazo, saber qué dosis, frecuencias y duración del tratamiento funcionan mejor, así como a garantizar la seguridad y prevenir los abusos derivados de su legalización".

Fuente citada:BBC


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